sábado, 21 de mayo de 2011

angie...





me hubiese gustado verte con el cabello suelto...


te he visto de tantas formas, de tantas maneras, pero ninguna me trae el recuerdo de tu cabello al aire... eras tan cuidada en tus formas, que verte al natural significaba verte solo con el cabello amarrado...


me gustaba tu manera de reír... era tan tierna... era bien cachosa... era un conjunto de suspiros seguidos entre si con una carcajada de boca ancha...


era tu caminar el que me ponía nervioso, no sabía si caías o tropezabas primero... igual, adoraba caminar a tu lado...


a veces tenías un hambre voraz, devorabas todo al toque... un cague de risa verte escrutar asolapádamente... me encantaba eso de ti... no tenías reparos en las comidas... las disfrutabas...


escucharte hablar de una cosa era una fiesta, ponías diferentes muecas en tu rostro para hacer que cada detalle sea fácil de entender... tenías esa manera de hacer que cada vez que hablabas el universo se apagaba...


me gustó un día en el que me recibiste con un fuerte abrazo y una ancha sonrisa, enfrascada en un vestido hermoso, que calzaba perfecto en una noche estrellada...


aunque éramos tan distintos en bailar, eras la que me movía de la silla en busca de tu cintura para poder menear un poco tus caderas... aunque tu ritmo favorito eran las baladas y mi estilo era el rock, nuestros pasos coincidían en uno solo, aunque los dos tengamos solo pié izquierdo... jajaja...


me gustaba dejar la copa de vino a medio terminar durante toda la semana... su perfume era tan sutil, que contenía el aroma de vino fuerte en el ambiente... el vino que dejabas en tu copa me acompañaba siempre hasta quedar solo la miel... siempre era ese tu aroma...


ahora escribo esto... porque olvidaste dejar una copa medio vacía... porque tu aroma no está presente...

Cuando duermes...