martes, 18 de octubre de 2011

somos los campeones...



había en el barrio donde vivíamos una buena cantidad de mocosos que nos gustaba jugar a la pelota por las tardes de las vacaciones de verano...

estaban mis hermanos culebra, mecánico, manana, mis primos, mañuco, quique, los vecinos papicha, ángel, walter, mono, berna, gringo, y tantos otros que ni me acuerdo, ah también de mi amigo de infancia y de toda la vida, el popular cochinelli...

juntos pateábamos pelota todas las tardes... a veces solo habíamos unos cuantos como para jugar solo a penales, donde meter gol de huachita valía doble... recuerdo un penal que me tocaba patear y habia dos arqueros, jajaja, así se jugaba... el mono estaba tapando, el era un buen jugador, pero le toco tapar y a la cancha llego comiendo una manzana... se la puso en la boca y yo con toda mi furia pateo la bola y esta que se va derechita a estrellar en la quijada del mono y su manzana salió volando de su boca... jajaja fue verdad... fue el único penal que patee donde el gol valió doble, porque entró la bola y entro la manzana del mono...

pero mi historia de chibolo en las canchas de fútbol no fue buena... fue sumamente difícil... yo era al que escogían al final... al que nadie quería de su lado... osea yo era el que entraba en el equipo que metía el primer gol... ¡yo era el mantequilla!!!...

si bueno así fue...

pero nuestras tardes eran mucho más que fútbol, eran paseos al cerro ubicado en el hospital... tuve la suerte de crecer cerca a una huaca y lo más loco era que en la cima de aquel cerro había una canchita de fútbol, donde nadie nos podía perturbar como en la calle en donde debíamos parar para que la gente pase o los carros o tener cuidado de no tirarnos las lunas de las casas o en el peor de los casos que la pelota no caiga en el techo de Don Nieto!... ahí se acababa todo... pero en aquel lugar no habían esas cosas... éramos nada más que chiquillos jugando a la pelota sin nada ni nadie que nos lo impida... solo el anochecer podía movernos de ahí...

no se en que momento ya no jugábamos como antes... los chibolos algunos ya eran grandes, habían entrado a la secundaria, otros se habían mudado, hubo quienes ya no les interesaba... empecé a decepcionarme de la pelota... y fue justo cuando aprendí a parar la bola estando yo solo frente al arco... no se que me pasó que las pelotas caían a mis pies lanzadas por mis hermanos y yo las paraba suavemente... el arco estaba ahí y solo era necesario un toquecito con el pie para meter la pelota... pero ese toquecito rara vez me salí... me perdía goles cantadasos!... hasta que me mandaron al arco... ahí recibía más patada!... pero bueno así se aprende no?...

pasaron unos años cuando termine la secundaria, y nos encontrábamos con unos amigos decidimos pelotear por las tardes de los domingos... recuerdo que... nunca ganamos un partido... jajaja...

le metí muchas ganas a esos partidos... me ejercitaba solo en casa durante la semana... mis rodillas y piernas se ensancharon, me volví más rápido... tenía un físico incansable... dominaba la pelota hasta las huevas...

pero le metía tantas ganas a los juegos que mis amigos se contagiaban de ello y le hacíamos la pelea a cualquier equipos... a cualquiera... siempre perdíamos...

lo más indignante para mi era ver a mis amigos reírse como si nada hubiera pasado... nos sacaron la mierda huevón!... les decía pero ellos nada de nada... siempre yo iba  delante de ellos... muy furioso... al retirarnos de la cancha...

pero recuerdo una jugada que hice que me pintó de cuerpo entero por mi total vehemencia de jugar al fútbol... no me controlaba  hacia el máximo esfuerzo... recuerdo que salí llevando la pelota y deje atrás a dos... uno vino a plancharme el balón y yo fui con todo... el balón rebotó fuerte hacia arriba y pasaba por mi lado... en una milésima de segundo vi como mi pie derecho estaba a un centímetro de llegar a la pelota que estaba a la altura de mi cabeza... un milisegundo después vi como mi pié izquierdo también se puso a la altura de mi cabeza... un milisegundo me basto para preguntarme: que mierda había hecho???!!!... mis dos piernas arriba y yo estaba como tendido en el aire... estaba volando: de espaldas!... la caída, fue seca... choco mi espalda contra el piso y mis brazos cayeron después... mi cabeza dio dos rebotes y al final cayeron mis piernas... tendido en el piso no sabía como reaccionar... vergüenza?... no carajo... el fútbol es de machos...

en una ocasión... esta es la segunda historia que recuerdo... nos metimos a jugar con unos señores ya avanzados... pensábamos que esa vez si teníamoss la ventaja de ser jóvenes y jugarles al cansancio... empezamos la jugada con chute y cochinelli en la delantera, con charly y kusifur en el medio campo y yo me jugaba el todo por el todo en la defensa... se jugaba sin arquero... comenzamos rápidamente la avanzada pero nos dimos cuenta que el rival estaba plantadaso en el piso, no corrían... "acá la hacemos" nos decíamos... hasta que perdimos la pelota... dos toques adelante, un centro cruzado encima mio y gol de cabeza del rival...

chiripa, pensamos... nuevamente, perdimos la pelota... dos pases largos, cochinelli en el suelo, kusifur sin cintura y yo frente al rival que iba a rematar al arco sin piedad... me puse al frente totalmente convencido de que esa pelota no pasaba, cerré los ojos... y al abrirlos dos señores se pasaban la pelota en mi arco...

ah noooo!... con cachita era la webada!... tamare muchachos vamos a sacarle la mierda a estos webones... ahora si les ganamos como siempre... como siempre lo hemos querido...

y dos jugadas nuestras solo llegaban al medio campo... de ahí solo nos quedaba mirar como solitos hacían su gol y nosotros sin poder evitarlo... y recién iban cinco mintos de juego!!!!...

fue ahí que comencé a volantear... a tocar la pelota... chute recibía mis pases y me las regresaba y yo se las pasaba a cochinelli para que solo en el arco... la falle el jijuna... y otro gol del rival...

las pelotas igual se sacaban, no podíamos parar... no podía parar... metí un gol... y nos motivamos... comenzamos a tocar... los señores ya estaban sudando... yo iba al choque... a con todo... en una de ellas choque la rodilla de un señor que se quedó sobando por rato... pensé que lo había fracturado... pero volvió a la cancha y cuando voy al choque nuevamente al tío este que se planta y me dice: ctm si me chocas de nuevo te cago!... retrocedí un poco y el tío avanzó... lo acompañé corriendo y recién cuando estaba por soltar la pelota ahí lo planchaba y me quedaba con la bola... era el código del caballero...

continuamos el partido con media docena de goles en nuestro arco y uno solo nuestro... no parábamos de recuperar las bolas... vi a mis amigos de pelota que se entregaban al máximo...

me llené de energía y continué sin parar... sacaba fuerzas de donde sea... sin pulmón pero igual no podía dejarlos solos... perdimos 10 a 4...

pero ganamos la amistad de los señores... nos llamaron y se presentaron como masters de la U... a mis amigos no les hizo gracia porque ellos son de alianza y del cristal... pero a mi me llenó de orgullo poder jugarles un partido... nos despedimos de ellos y nos fuimos a celebrar... con chupete, queque de a sol y agua de caño...

recuerdo bien esas y muchas otras anécdotas... siempre jugué pelota por saber que yo podía dar más... en cada jugada era mi vida en juego... eran mis piernas en juego... eran mis codos y rodillas peladas un símbolo de arrojo... y que podía demostrarles además, que el mantequilla del barrio era el mejor de todos los mantequilla que pasaron por el barrio...

era Manni, el líbero...


Cuando duermes...